Desde que tengo uso de razón sentía que no me centraba en mi misma, no acababa ningún proyecto, siempre había algo que me hacía retroceder y no avanzaba en la vida.

Tras realizar varias técnicas de ayuda con resultados parciales, sentía que aún faltaba algo por resolver lo que me llevó a hacer una constelación.
La constelación me sirvió para ver donde estaba mi alma, agradecer a mis padres por haberme dado la vida, tomar a mis padres y a todo mi sistema familiar.

Después de la constelación sentí una inmensa paz y bienestar. Todo empezó a fluir, me sentí más liviana y con mucha más energía. Mejoró la visión que tenía de la vida, tengo más energía para realizar mis objetivos diarios y me siento más enfocada en lo que quiero lograr y empecé a cumplir día a día las metas que tenía pendientes. Los cambios siguen ocurriendo y el proceso sigue. Sigo viendo resultados que antes se trababan o no encontraba la motivación para realizarlos.

En cada taller a los que asisto aprendo de las diferentes situaciones que me van ayudando a sanar.
Estoy agradecida siempre a cada uno de los aprendizajes que voy ganando en este proceso.
Deseo seguir participando de los talleres porque en cada uno puedo conocer y entender un poco más a mis antepasados y encontrarme a mí misma.

MGD