Testimonios

Me costaba y solía tener parejas poco comprometidas. La falta de compromiso era, en realidad, mía. Estaba en la demanda hacia mis parejas, y sentía que me decepcionaban, porque no las aceptaba tal y como eran. En el fondo, lo que me movía era un malestar emocional profundo: tristeza, ansiedad, angustia… Mis relaciones estaban marcadas por conflictos, inseguridad y una herida de abandono que no lograba ver con claridad.

Tuve que trabajar el vínculo con mi madre, y también con mi padre. Constelé más de cinco veces, y aunque el proceso no fue lineal —hubo retrocesos—, la mejoría fue llegando de forma gradual. Después de varias relaciones sin futuro, pude sanar el vínculo con mi madre, tomar su fuerza y su amor, y abrirme al amor de pareja desde mi adulta. También constelar el vínculo con mi padre me ayudó a elegir hombres diferentes.

Hoy he encontrado una pareja maravillosa, comprometido y respetuoso. Ahora he podido escoger desde el amor y la libertad, y no desde la necesidad o la demanda.

Lucadia. España